Asociación Nacional de Técnicos Superiores en Dietética – TSD

ASNADI sensibilizados por las comorbilidades más frecuentes del adulto mayor. Hablemos de SARCOPENIA

GE Tercera Edad. Coordinadora: María Francisca Martínez Ojea.
Participan: Ana Moreno Peña, Cantia Gutiérrez Cantero, José Ramón Muñoz Valero, Mª Francisca Martínez Ojea, María Mar López Peñalver y Rosalía Boncompte Balagué.
ÍNDICE
1. ¿Qué es la sarcopenia?
La sarcopenia es una condición que suele aparecer junto con otras enfermedades o problemas de salud en el adulto mayor. Se caracteriza por la pérdida progresiva de fuerza, masa y función muscular, exacerbada por comorbilidades crónicas, destacando; enfermedades cardiovasculares, enfermedad renal crónica y cáncer.
Impacta directamente en la salud ya que está asociada con una progresión más rápida de las enfermedades cardiovasculares, mayor riesgo de mortalidad, caídas, obesidad, desnutrición, fragilidad y reducción de la calidad de vida, especialmente en adultos mayores.
Al desarrollarse la sarcopenia se producen unos cambios biológicos y fisiológicos en el cuerpo que conducen al desarrollo de un desequilibrio entre la homeostasis muscular anabólica y catabólica, con o sin degeneración neuronal. Los mecanismos moleculares intrínsecos del envejecimiento, enfermedades crónicas, malnutrición e inmovilidad contribuyen al desarrollo de la sarcopenia.
Por ello la importancia de reconocer la sarcopenia de manera temprana permite intervenir para revertir o retrasar la progresión del trastorno muscular, lo que puede impactar positivamente en los resultados cardiovasculares. El tratamiento y la prevención desde un abordaje de salud integral suele incluir ejercicio físico, adecuada alimentación, suplementación y cuidar el estilo de vida.
Encontrar información que determine la prevalencia de la sarcopenia en el adulto mayor es complicado debido a la variabilidad en los criterios diagnósticos utilizados en los estudios. Los criterios EWGSOP, EWGSOP2 y el cuestionario SARC-F miden diferentes aspectos de la sarcopenia, como la masa muscular, la fuerza y el rendimiento físico, lo que resulta en prevalencias significativamente diferentes. Además, no es posible intercambiar estos criterios para minimizar recursos, ya que cada uno tiene niveles de precisión y aplicabilidad distintos. Las publicaciones científicas sugieren una prevalencia de sarcopenia entre el 8 y el 45%, siendo generalmente más alta en mujeres y en personas institucionalizadas. Esta variabilidad se debe a los criterios diagnósticos utilizados y el entorno donde residen (en domicilios particulares, institucionalizados en hospitales o residencias).
2. Diagnóstico diferencial de la sarcopenia
Diagnóstico diferencial: Saber diferenciar entre sarcopenia, caquexia y desnutrición es crucial para proporcionar un tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida de los pacientes, especialmente en adultos mayores.
3. Factores que contribuyen a la sarcopenia en el adulto mayor
Los factores más destacados que contribuyen de forma directa a la sarcopenia en el adulto mayor son:
  • Alteraciones de la estructura muscular: La calidad muscular depende de la adecuada producción y utilización de ATP. Este proceso se ve alterado debido al mal funcionamiento mitocondrial asociado a la edad.
  • Inactividad física: La falta de ejercicio regular, especialmente el entrenamiento de resistencia puede acelerar la pérdida de masa y fuerza muscular.
  • Desnutrición: Una dieta insuficiente en proteínas y otros nutrientes esenciales afecta negativamente la síntesis y reparación muscular. Es crucial una ingesta adecuada de proteínas de alta calidad, ácidos grasos omega-3 y vitamina D2.
  • Inflamación crónica: La inflamación sistémica, común en muchas enfermedades crónicas, acelera la degradación muscular y dificulta la regeneración de los tejidos.
  • Estrés crónico: El estrés prolongado puede aumentar los niveles de cortisol, una hormona que en exceso contribuye a la pérdida de masa muscular.
  • Cambios hormonales: La disminución de hormonas anabólicas como la testosterona y el estrógeno con la edad puede afectar negativamente a la masa muscular.
  • Factores psicosociales: El aislamiento social, la depresión y otros factores psicológicos pueden reducir la motivación para mantenerse activo y seguir una dieta adecuada.
  • Toma de medicamentos: que afectan al apetito o que favorezcan la mala alimentación, que dificulten la actividad física.
4. Interrelación con otras patologías
La sarcopenia puede estar interrelacionada con múltiples enfermedades crónicas, algunas de ellas son:
Fuente: Elaboración propia
  • Enfermedades Pulmonares (EPOC): Está interrelacionada con la sarcopenia de manera compleja. La sarcopenia reduce la fuerza de los músculos respiratorios, dificultando la respiración y disminuyendo la capacidad pulmonar, además de limitar la capacidad de ejercicio y promover un estilo de vida sedentario que agrava la función pulmonar. La inflamación crónica, común en ambas condiciones, acelera la degradación muscular y dificulta la regeneración de tejidos, mientras que la desnutrición, frecuente en estos pacientes, afecta negativamente la masa muscular y la función pulmonar. Factores psicológicos y sociales, como el estrés crónico, también juegan un papel crucial, exacerbando ambas condiciones y disminuyendo la calidad de vida, lo que resulta en fatiga, debilidad y dificultad para realizar actividades diarias. Un enfoque integrativo que considere estos factores es esencial para el manejo efectivo de la sarcopenia y las enfermedades pulmonares crónicas.
  • Las enfermedades cardiovasculares, como: la insuficiencia cardíaca, la cardiopatía isquémica y la hipertensión. Todas estas enfermedades están estrechamente relacionadas con la sarcopenia, y esta conexión puede ser bidireccional. La insuficiencia cardíaca y la cardiopatía isquémica pueden reducir el flujo sanguíneo a los músculos, limitando el suministro de oxígeno y nutrientes esenciales, lo que contribuye a la pérdida de masa y fuerza muscular. Además, la inflamación crónica asociada con estas enfermedades acelera la degradación muscular y dificulta la regeneración de los tejidos. El sedentarismo, común en pacientes cardiovasculares debido a la fatiga y la disnea, es un factor clave en el desarrollo y progresión de la sarcopenia. La desnutrición, frecuente en estos pacientes, contribuye a la sarcopenia, creando un ciclo vicioso que afecta negativamente a la salud general del paciente. El estrés crónico, puede exacerbar tanto las enfermedades cardiovasculares como la sarcopenia, aumentando la inflamación sistémica y los niveles de cortisol, lo que agrava aún más estas condiciones.
  • Diabetes Tipo 2: Es una enfermedad metabólica crónica que aumenta el riesgo de sarcopenia debido a la resistencia a la insulina, que afecta negativamente el metabolismo muscular, y a la inflamación crónica, que acelera la degradación muscular. Al disminuir la masa muscular, también existe un aumento relativo en la masa grasa y, como consecuencia a estos cambios, en la composición corporal ocurre un aumento en la incidencia de resistencia a la insulina. La desnutrición, común en la diabetes, también contribuye a la pérdida de masa muscular. Además, el estrés crónico y los factores psicosociales pueden exacerbar ambas condiciones, aumentando los niveles de cortisol y la inflamación sistémica.
  • Osteoporosis: La relación con la sarcopenia es multifacética. La pérdida de masa y fuerza muscular, característica de la sarcopenia, aumenta el riesgo de caídas y fracturas, lo que agrava la osteoporosis. El estrés crónico, por ejemplo, puede elevar los niveles de cortisol, una hormona que en exceso puede debilitar tanto los músculos como los huesos. Además, la inflamación crónica, común en ambas condiciones, puede acelerar la degradación ósea y muscular. La desnutrición, que afecta negativamente la salud ósea y muscular, también juega un papel crucial. Un enfoque integrativo que considere estos factores y mejore la calidad de vida es esencial para la prevención y reducción del riesgo de caídas y fracturas. Este vínculo ha llevado a identificar esta situación combinada llamada Osteosarcopenia, que destaca la importancia de abordar ambas.
  • Cáncer: La sarcopenia es común en pacientes con cáncer debido a la inflamación crónica, el estrés metabólico y los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos. La inflamación sistémica acelera la degradación muscular y dificulta la regeneración de los tejidos, mientras que la desnutrición, consecuencia de la disminución del apetito y la absorción de nutrientes, agrava la sarcopenia. Además, el estrés crónico y los factores psicosociales pueden exacerbar ambas condiciones, aumentando los niveles de cortisol y contribuyendo a la resistencia a la insulina.
  • Enfermedades Renales Crónicas: La inflamación sistémica, común en la insuficiencia renal crónica, acelera la degradación muscular y dificulta la regeneración de los tejidos. Además, la desnutrición, resultado de una dieta inadecuada y la pérdida de apetito, agrava la pérdida de masa muscular.
  • Artritis Reumatoide: La inflamación crónica y el dolor puede llevar a una disminución significativa de la actividad física, lo que contribuye a la pérdida de masa muscular. Esta condición, conocida como caquexia reumatoide, se ve agravada por la inflamación sistémica que acelera la degradación muscular y dificulta la regeneración de los tejidos. Además, el dolor constante y la rigidez limitan el movimiento, exacerbando la pérdida muscular.
5. Fármacos que contribuyen a la sarcopenia
Ciertos fármacos pueden contribuir significativamente a la sarcopenia en el adulto mayor:
  • Corticosteroides: El uso prolongado de estos medicamentos puede causar pérdida de masa muscular debido a sus efectos catabólicos, que descomponen el tejido muscular.
  • Estatinas: Medicamentos para reducir el colesterol, pueden tener efectos secundarios que incluyen toxicidad muscular. Esto puede acelerar la pérdida de masa y fuerza muscular, manifestándose inicialmente como dolor muscular y, en algunos casos, elevación de las transaminasas (GPT/ALT) meses después de iniciar el tratamiento, lo que a menudo no se asocia inmediatamente con el uso del fármaco.
  • Diuréticos: Estos fármacos pueden causar desequilibrios electrolíticos, como la pérdida de potasio y magnesio, que son esenciales para la función muscular adecuada, contribuyendo así a la debilidad muscular.
  • Antidepresivos: Algunos antidepresivos pueden tener efectos secundarios que incluyen debilidad muscular, lo que puede agravar la sarcopenia.
6. Herramientas de diagnóstico en la consulta del Dietista
Para medir la sarcopenia en una consulta de dietista, se pueden utilizar varias herramientas y métodos que permiten una evaluación integral de la salud muscular del paciente.
La sarcopenia se diagnostica cuando los pacientes presentan una masa muscular baja y, además, cumplen al menos una de estas dos condiciones: disminución de la fuerza muscular o bajo rendimiento físico. Si la masa muscular es baja, pero tanto la fuerza como el rendimiento físico se mantienen en niveles normales, se puede hablar de un diagnóstico de «presarcopenia».
Es importante usar múltiples indicadores para un diagnóstico preciso, ya que puede haber discrepancias entre diferentes métodos.
  • Cuestionario SARC-F: Este cuestionario es una herramienta de cribado rápida y sencilla que evalúa la fuerza, la asistencia para caminar, levantarse de una silla, subir escaleras y caídas recientes. Una puntuación total mayor a 4 puntos indica probable sarcopenia.
  • Velocidad de la marcha: Medir la velocidad al caminar es un indicador clave de la función muscular. Una velocidad de marcha lenta puede ser un signo de sarcopenia.

Fuente: Elaboración propia. Basado en RIOSECO S, P., RUBILAR V, M., ADRIAZOLA S., L., & GÓMEZ C., D. (2021). Correlaciones entre el test de velocidad en 4 metros y el test de caminata en 6 min en enfermos respiratorios crónicos. Revista Chilena De Enfermedades Respiratorias, 37(2), 115–124. Recuperado a partir de https://revchilenfermrespir.cl/index.php/RChER/article/view/991

  • Aspectos a evaluar: Se deben considerar el estado general del paciente, la postura, y cualquier dificultad para caminar. Velocidad de marcha: La velocidad promedio de marcha en adultos mayores es de aproximadamente 0.94 m/s. Una velocidad de marcha menor a 0.8 m/s puede llevar a la pérdida de la capacidad de marcha funcional fuera del hogar.
  • Fuerza de prensión manual (Dinamómetro): Utilizando un dinamómetro, se mide la fuerza de agarre de la mano. Una fuerza de presión baja es un indicador de sarcopenia.
– Posición del paciente: De pie o sentado con el brazo apoyado en ángulo de 90°.
– Uso del dinamómetro: Utilizar en la mano dominante, ajustando el tamaño.
– Realización de la prueba: Presionar el dinamómetro tres veces y registrar el valor más alto.
– Evaluación: Comparar el resultado con los puntos de corte (<27 kg en hombres, <16 kg en mujeres) para detectar posibles signos de sarcopenia.
  • Bioimpedancia eléctrica (BIA): La BIA es una técnica no invasiva que estima la composición corporal, incluyendo la masa muscular y la masa grasa. Funciona midiendo la resistencia del cuerpo al paso de una corriente eléctrica de baja intensidad. A la hora de obtener una medición de bioimpedancia fiable se debe tener en cuenta algunas condiciones que pueden afectar a los resultados y dar datos no fiables. Como son:
    a) Hacer la medición con vejiga e intestinos vacíos para reducir las fluctuaciones del contenido de líquido corporal.
    b) No se debe comer 3-4 horas antes, y evitar beber grandes cantidades.
    c) No se debe consumir alcohol ni cafeína en las horas previas a la prueba, ya que pueden deshidratar el cuerpo y distorsionar los resultados.
    d) No tomar más medicación diurética de la habitual.
    e) Se deben retirar objetos metálicos que distorsionen las mediciones.
    f) No se debe medir si se tiene marcapasos.
  • Circunferencia de la pantorrilla: Es un indicador importante para evaluar la sarcopenia en ancianos. Se mide en la parte más prominente de la pierna. Un valor menor a 29 cm puede indicar desnutrición y sarcopenia.
  • Evaluación física: Incluye pruebas de levantarse de una silla, subir escaleras y otras actividades que evalúan la fuerza y la resistencia muscular.
  • Evaluación nutricional: Hay que hacer una evaluación precisa y personalizada de la dieta del paciente para asegurar una ingesta adecuada de proteínas, vitaminas y minerales esenciales para la salud muscular.
    – Recogida de ingesta de las últimas 24h.
    – Realizar la escala Mini Nutritional Assessment (MNA).
    – Valoración del gasto energético: aplicaría la ecuación de Harris-Benedict para estimar el gasto energético basal y ajustar las necesidades proteicas.
    – Identificación de Factores de Riesgo: consideraría factores como la anorexia geriátrica, problemas gastrointestinales que le frene a tomar según qué alimentos, aversiones y preferencia alimentarias, exclusión de alimentos por indicación en algunas patologías, problemas dentales, y hábitos alimentarios desorganizados que puedan afectar la ingesta.
Estos métodos combinados permiten al dietista identificar la presencia de sarcopenia y diseñar un plan de intervención personalizado que incluya recomendaciones nutricionales, ejercicios de resistencia y estrategias para mejorar la calidad de vida del paciente.
Algoritmo de diagnóstico

Fuente: Elaboración propia. Adaptado de “Sarcopenia: revised European consensus on definition and diagnosis” de Alfonso J Cruz-Jentoft, January 2019, Age and Ageing, Volume 48, Issue 1 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30312372/

7. Recomendaciones nutricionales y de salud en la sarcopenia
Recomendaciones Nutricionales indicadas para la prevención y el manejo de la sarcopenia.
1- Requerimientos calóricos: Es fundamental destacar la importancia de los requerimientos calóricos en la prevención de la sarcopenia en adultos mayores. La ingesta calórica adecuada es esencial para mantener la masa muscular y prevenir la pérdida de fuerza y funcionalidad.
Para prevenir la sarcopenia, se recomienda que los adultos mayores consuman una cantidad suficiente de calorías que cubra sus necesidades energéticas diarias. Esto generalmente se traduce en una ingesta calórica de aproximadamente 25-30 kcal por kilogramo de peso corporal al día. Es crucial que estas calorías provengan de una dieta equilibrada que incluya una proporción adecuada de macronutrientes: proteínas, carbohidratos y grasas saludables.
Una ingesta calórica insuficiente puede llevar a la pérdida de masa muscular y a un mayor riesgo de desarrollar sarcopenia. Por lo tanto, es vital que los adultos mayores reciban una evaluación nutricional regular para ajustar sus necesidades calóricas y asegurar que están recibiendo la energía necesaria para mantener su salud muscular y general.
2- Aumentar la ingesta de proteínas: Cantidad: 1.2-1.5 g/kg de peso corporal al día. Resistencia Anabólica: Los adultos mayores muestran una menor respuesta a la síntesis de proteínas inducida por el ejercicio y la ingesta de proteínas, lo que requiere mayores dosis de proteínas para obtener los mismos beneficios que en los jóvenes.

Microbiota Intestinal: La disbiosis intestinal en los adultos mayores puede contribuir a la resistencia anabólica y la inflamación crónica, afectando negativamente la síntesis de proteínas musculares.
(Strategies to Prevent Sarcopenia in the Aging Process: Role of Protein Intake and Exercise)

Enfermedades Concomitantes: Ajustar la ingesta proteica según las necesidades específicas de cada enfermedad como insuficiencia renal, donde en este caso puede ser necesario limitar la proteína.
Fuentes: La calidad y la fuente de las proteínas también son importantes, con un enfoque en proteínas de alta calidad que contengan todos los aminoácidos esenciales.: carnes magras, pescado, huevos, lácteos, legumbres y frutos secos.
TABLA DE PROTEÍNA DE ALIMENTOS
Fuente: Elaboración propia.
Un aspecto importante del consumo de proteínas es la complementariedad. Algunos alimentos, como las legumbres y los cereales, son bajos en ciertos aminoácidos esenciales. Para obtener proteínas completas, que contengan todos los aminoácidos esenciales en cantidades suficientes, es necesario combinar estos alimentos. Por ejemplo, combinar legumbres con cereales permite que sus aminoácidos se complementen, formando una proteína de alto valor biológico.
IMPORTANTE: Las legumbres no contienen todos los aminoácidos esenciales, se dice entonces que tienen un aminoácido limitante, que es aquel que carecen o no tienen en cantidad suficiente.
Fuente: Elaboración propia.
Las combinaciones más comunes son:
Esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de pautar la dieta, pero no es necesario que se ingieran juntas (por ejemplo, lentejas con arroz en la misma comida), sino que pueden tomarse separados a lo largo del día siendo igual de eficaces gracias al pool de aminoácidos que guarda temporalmente nuestro hígado.

Distribución: Es importante distribuir la ingesta de proteínas a lo largo del día, con cada comida conteniendo más de 20 g de proteínas para optimizar la síntesis de proteínas musculares.
(https://nutricion.org/portfolio-item/proteina-animal/)

3- Asegurar niveles adecuados de vitamina D:
Suplementación en caso de que los niveles son bajos (<30 ng/mL).
Fuentes naturales: Exposición solar moderada y alimentos como pescados grasos, hígado y yema de huevo.
Precaución:
Si el anciano toma estatinas tener en cuenta que, igual que la vitamina D ambas se metabolizan en el hígado a través del sistema citocromo P450, especialmente la enzima CYP3A4. Esto puede afectar los niveles de vitamina D en el cuerpo.
El déficit de vitamina D puede aumentar el riesgo de dolor musculoesquelético en pacientes que toman estatinas.
Algunos estudios también sugieren que las estatinas pueden disminuir los niveles de vitamina D en pacientes con enfermedad renal crónica.
4- Incluir ácidos grasos omega-3:
Los omega-3 ayudan a reducir la inflamación crónica, mejorar la fuerza y la funcionalidad muscular, además, ayudan a reducir la resistencia a la insulina, lo que mejora la síntesis de proteínas musculares y pueden tener un efecto positivo en la salud general y el bienestar de las personas mayores.
Fuentes: Pescado azul, semillas de chía, linaza y nueces diariamente.
5- Ejercicio físico regular:
Ejercicio y Síntesis de Proteínas: La combinación de entrenamiento aeróbico y de resistencia. Con una frecuencia semanal y con una ingesta adecuada de proteínas es esencial para prevenir la sarcopenia, ya que el ejercicio estimula la síntesis de proteínas musculares.
Existe Resistencia Anabólica: Los adultos mayores muestran una menor respuesta a la síntesis de proteínas inducida por el ejercicio y la ingesta de proteínas, lo que requiere mayores dosis de proteínas para obtener los mismos beneficios que en los jóvenes. El entrenamiento debe ser supervisado por un profesional de la actividad física y el deporte.
El programa Vivifrail está diseñado para promover el ejercicio físico entre adultos mayores para prevenir la fragilidad y las caídas que cuenta con el apoyo de la Unión Europea y varias organizaciones de salud, incluida la Organización Mundial de la Salud.
Vivifrail es muy útil para los profesionales de la salud ya que proporciona materiales y herramientas integrales de ejercicio individualizados.
La SEGG también ha editado la «Guía de Ejercicio Físico para Mayores» proporciona recomendaciones para mantener un estilo de vida activo en personas mayores. Incluye ejercicios de resistencia, fuerza, equilibrio y flexibilidad, adaptados a diferentes niveles de capacidad física. Destaca la importancia de la nutrición y la prevención de caídas para mejorar la calidad de vida y la salud general de los mayores.
Fuente: Elaboración propia
6- Hidratación adecuada:
El adulto mayor con sarcopenia necesita una ingesta adecuada de líquidos para mantener el balance hídrico. La deshidratación puede afectar negativamente la función muscular y aumentar el riesgo de caídas.
Mantenerse bien hidratado ayuda a optimizar el rendimiento físico y la recuperación muscular.
El agua facilita la digestión y absorción de nutrientes, incluyendo las proteínas, ayuda a transportar los aminoácidos y otros nutrientes a las células musculares y elimina los productos de desecho generados durante el metabolismo de las proteínas.
Se recomienda beber al menos 1.5-2 litros de agua al día, valorando ajustes individuales si hay patologías concomitantes como en el caso de insuficiencia renal o si toman medicamentos que aumentan la necesidad de agua, como diuréticos y broncodilatadores.
Fuentes de hidratación: El agua es la mejor fuente de hidratación. Infusiones y tés sin azúcar añadidos. Frutas y verduras: como sandía, pepino y naranjas tienen alto contenido de agua.
– Señales de deshidratación:
Síntomas: Sed, boca seca, orina oscura, fatiga, mareos y confusión.
Beber agua regularmente, incluso si no se siente sed.
– Consejos prácticos:
Recordatorios: Usar aplicaciones o alarmas para recordar beber agua.
Botellas reutilizables: Llevar una botella de agua siempre a mano.
Hidratación en las comidas: Incluir sopas, caldos y alimentos ricos en agua en la dieta diaria.
7- Suplementación específica:
Fuente: Elaboración propia
La suplementación juega un papel crucial en el manejo de la sarcopenia en adultos mayores, especialmente cuando la dieta por sí sola no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales.
La elección entre los diferentes tipos de suplementación dependerá de las necesidades específicas de cada persona y su estado de salud. Deberá valorarse cada caso individual.
A continuación, se muestran las diferentes opciones de suplementación y sus beneficios en caso de que se requiera:
– Creatina:
Mejora la fuerza y la masa muscular. Beneficios de la Creatina en la Sarcopenia
Aumento de la Masa Muscular especialmente cuando se combina con entrenamiento de resistencia.
Mejora de la Fuerza Muscular, crucial para mantener la funcionalidad y reducir el riesgo de caídas.
Ayuda a mejorar la recuperación post-ejercicio y la adaptación muscular, permitiendo entrenamientos más intensos y efectivos.
Tiene efectos antiinflamatorios, lo que es beneficioso para reducir la inflamación crónica asociada con el envejecimiento.
Seguridad y dosis recomendada es segura para su uso en adultos mayores cuando se toma en dosis recomendadas (3-5 gramos diarios).
Estudios Relevantes:
MDPI – Nutrients: Este estudio destaca cómo la creatina puede mejorar la masa y la fuerza muscular en adultos mayores con sarcopenia.
Journal of the International Society of Sports Nutrition: Este artículo revisa los beneficios de la creatina en la sarcopenia y su seguridad en adultos mayores.
– Aminoácidos de cadena ramificada (BCAA):
Ayudan en la síntesis proteica y la recuperación muscular.
Son especialmente efectivos para la síntesis proteica debido a su alta concentración de leucina, que activa la vía mTOR, crucial para la construcción muscular.
Tienen una recuperación inmediata post-ejercicio. ya que se absorben rápidamente.
En situaciones de estrés o enfermedad, los BCAA pueden ayudar a preservar la masa muscular, lo cual es crucial para prevenir la sarcopenia.
También pueden ayudar a reducir la fatiga durante el ejercicio, mejorando el rendimiento físico y la resistencia.
Indicados en dietas restrictivas.
– Leucina:
Muestra efectos beneficiosos en el aumento de la síntesis de proteínas, el mantenimiento o la obtención de masa magra y el aumento del peso corporal en personas mayores sarcopénicas. Son adecuados asociados a la toma de 25 y 30 g de proteína en las tres comidas principales.
Es ideal para aquellos que ya consumen una dieta equilibrada, pero necesitan un impulso adicional en la síntesis proteica, la leucina puede ser un complemento eficaz sin la necesidad de aumentar significativamente la ingesta calórica total. La leucina es el aminoácido más potente para la síntesis de proteínas.
– Suplemento proteico de alta calidad:
Existen varios tipos de suplementos de proteína que pueden ser beneficiosos para los adultos mayores, especialmente aquellos que necesitan mejorar su masa muscular y fuerza. Los suplementos de proteína más adecuados son aquellos que son fáciles de digerir y que proporcionan un suministro constante de aminoácidos para prevenir la pérdida de masa muscular.
Lista de los tipos más comunes y sus beneficios:
Proteína de Suero (Whey Protein): Es una de las proteínas más populares debido a su alta calidad y rápida absorción. Es ideal para aumentar la síntesis de proteínas musculares y mejorar la recuperación después del ejercicio. Es especialmente útil para personas mayores que necesitan un impulso rápido de proteínas.
Caseína: A diferencia del suero, la caseína se digiere lentamente, lo que proporciona un suministro constante de aminoácidos al cuerpo. Esto es beneficioso para prevenir la degradación muscular durante la noche o períodos prolongados sin comer.
Proteína de Soja: Es una buena opción para aquellos que prefieren una fuente de proteína vegetal. La soja contiene todos los aminoácidos esenciales y es útil para mejorar la salud cardiovascular y ósea.
Proteína de huevo: Es una proteína de alta calidad que se absorbe a una velocidad intermedia. Es una excelente opción para aquellos que buscan una fuente de proteína completa sin lactosa.
Proteína de guisante: Otra opción vegetal, rica en aminoácidos esenciales y fácil de digerir. Es ideal para personas con alergias o intolerancias a los lácteos y la soja. Tiene un sabor característico, es importante tenerlo en cuenta y buscar opciones que estén bien aceptadas.
Proteína de Arroz Integral: Aunque no contiene todos los aminoácidos esenciales, puede combinarse con otras fuentes de proteína vegetal para obtener un perfil completo de aminoácidos.
Los adultos mayores a menudo tienen necesidades nutricionales específicas que van más allá de la simple ingesta de proteínas. Por este motivo, es muy interesante y beneficioso que los preparados de proteína incluyen otros macronutrientes y micronutrientes en su composición. Así no solo proporcionará una fuente completa de proteínas, sino que también asegurará que reciba los nutrientes necesarios para mantener su salud general.
Carbohidratos Complejos: Proporcionan energía sostenida y ayudan a mantener los niveles de glucosa en sangre estables.
Grasas Saludables: Ácidos grasos omega-3, que se encuentran en el pescado y algunos aceites vegetales, pueden ayudar a reducir la inflamación y mejorar la salud cardiovascular.
– Vitaminas y Minerales:
Vitamina D y Calcio: Esenciales para la salud ósea y la prevención de la osteoporosis.
Vitamina B12: Importante para la función neurológica y la producción de glóbulos rojos. Se ha de tener en cuenta que el déficit de vitamina B12 es frecuente en personas mayores debido a la disminución de producción de ácido clorhídrico en el estómago, mayor prevalencia de gastritis atrófica, medicación con inhibidores de la bomba de protones o metformina que afecta a la absorción de esta vitamina o dietas restrictivas. Para garantizar su absorción, las inyecciones intramusculares o intravenosas son el método más rápido.
Hierro: Ayuda a prevenir la anemia y mejora la oxigenación de los tejidos.
Potasio: Contribuye a la función muscular y nerviosa adecuada.
Magnesio: Contribuye a la función muscular y nerviosa adecuada.
– Ingesta de alimentos antiinflamatorios:
Cúrcuma, jengibre, y frutas y verduras ricas en antioxidantes.
8. Reflexión final
Los pacientes con sarcopenia a menudo no reciben la atención especializada que necesitan debido a la falta de conciencia de esta patología, diagnóstico tardío por atribuir los síntomas al envejecimiento, por haber recursos limitados y prioridades de salud frente a otras comorbilidades. Sin embargo, es importante destacar que la detección temprana de la sarcopenia puede frenar e incluso revertir la condición, mejorando la calidad de vida de las personas.
Esta puede ser manejada de manera muy efectiva a través de un enfoque integral que incluye su prevención con: estilo de vida activo, ejercicio de fuerza, alimentación adecuada a sus requerimientos individuales tanto energéticos como de macronutrientes y micronutrientes. Y como medida complementaria el uso de suplementación.
Así pues, los profesionales de la nutrición y la dietética tenemos un papel fundamental en esta patología, actuando en la prevención y detección temprana, para frenar el avance de la sarcopenia e incluso revertirla, consiguiendo así un mejor bienestar general del adulto mayor.

ASNADI sensibilizados con las comorbilidades más frecuentes del adulto mayor. Hablemos de SARCOPENIA.
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